Seguimos con nuestras entradas
dedicadas a nuestro equipo de trabajo.
En esta ocasión, vamos a
centrarnos en la figura del revisor,
una figura muy poco valorada ya que su incorporación a un proyecto supone
siempre un aumento de sus costes, algo que muchos clientes no están dispuestos
a asumir.
¿Qué responsabilidades tienes el
revisor? Su tarea es la de llevar a cabo la revisión de las traducciones en los
proyectos de traducción adjudicados, es decir, efectuar el examen de las
traducciones respecto a su adecuación a la finalidad prevista, el cotejo de los
textos de origen y de destino, y realizar la recomendación de las correcciones
pertinentes.
¿Cuáles son sus tareas
principales?
-
Realizar
las revisiones de las traducciones encomendadas siguiendo las directrices
establecidas por el Gestor del Proyecto, haciendo las recomendaciones y
correcciones pertinentes.
-
Valorar los problemas de comprensión y
producción textual, para verter el texto a la lengua de destino de acuerdo con
lo convenido.
-
Consultar los glosarios, diccionarios, guías de
estilo y efectuar la comprobación terminológica y gramatical.
-
Obtener información sobre el tema del texto a
traducir, convenciones locales, destinatarios y finalidad de la traducción.
-
Efectuar
una autocomprobación de los trabajos asignados antes de entregarlos. Comprobar
que el significado del texto de origen se ha trasladado correctamente, que no
hay omisiones ni errores y que se han cumplido las especificaciones definidas
por el Cliente y/o por el Gestor del Proyecto.
Así pues, cabe
decir que la función del revisor es igual de importante que la del traductor.
Una buena conclusión es que cuatro ojos siempre ven más que dos.
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